Andrea Cañizares es enfermera en el Hospital General Universtario de Elche, en la planta de Hospitalización quinta izquierda, donde atiende con sus compañeros casos positivos de COVID-19. El día a día en su trabajo ha cambiado. Tiene más estrés, más ansiedad y más miedo por no saber si puede estar contagiada. Sin embargo, donde más daño le ha hecho el coronavirus es en su vida personal.
«En el colectivo sanitario hay una unión indudable y ahora mismo no existen titulaciones»
«Mi pareja, que es policía nacional, y yo nos hemos quedado en casa y hemos ‘desplazado’ a mi hija de 19 meses con mis padres, con todo lo que eso implica a una edad tan temprana. Llevo más de 20 días sin ver a mi hija y esto es lo que me crea más ansiedad», lamenta.
En el hospital, donde no ha sufrido falta de material a pesar de la situación excepcional que se está viviendo, Andrea Cañizares asegura que «en el colectivo sanitario hay una unión indudable de todos y ahora mismo no existen titulaciones. Tenemos un ambiente muy bueno a pesar del estrés y de que tenemos el miedo de no saber de si te estamos contagiados porque no nos han hecho los test».
Agradece el reconocimiento diario que todos los días se hace desde los balcones porque es «un empuje y un ánimo para nosotros» y espera que en el futuro, cuando se supere esta crisis sanitaria, «nos sigan respetando como ahora y dejemos de sufrir la falta de consideración que padecemos desde hace años».
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