Cristina posa uniformada y con su material de protección delante de la cárcel de Fontcalent.
Cristina posa uniformada y con su material de protección delante de la cárcel de Fontcalent.

Cristina cumple destino en el Núcleo de Servicios de la Comandancia de la Guardia Civil de Alicante.

«Cada día que pasa es un día menos que queda para superar esto con la ayuda de todos»


Actualmente, sus compañeros y ella refuerzan la seguridad ciudadana en distintos puntos de la provincia, vela por el cumplimiento de las restricciones de movilidad. Los servicios solemos realizarlos en grupos estancos, es decir, con la misma pareja de patrulla, para intentar minimizar el riesgo de contagio», explica. «Lo más impactante es estar de servicio con las calles vacías, los parques silenciosos, sin gente paseando, sin niños jugando…», subraya Cristina.

«Cada día observamos cómo sale a relucir el lado más humano de las personas: es imposible no emocionarse con los aplausos de la gente, animándonos desde sus casas cada día, aplaudiéndonos desde sus ventanas y balcones cuando pasamos por la calle o incluso gente que nos para porque quieren agradecernos nuestra labor», admite la guardia civil, que lleva mal «tener a la familia y a mis seres queridos lejos, en otra provincia, y no poder abrazarles, es muy duro; pero cada día es un día menos para verles», confiesa. «No me cabe duda de que saldremos adelante, más reforzados si cabe, gracias a la colaboración y al esfuerzo de todos, cada uno aportando su granito de arena particular», defiende Cristina.

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