Este municipio del Medio Vinalopó tiene importantes y característicos lugares que visitar y conocer, además su gastronomía está llena de tradición

Iglesia San Juan Bautista. /Áxel Álvarez
Iglesia San Juan Bautista. /Áxel Álvarez

Situada en la comarca del Medio Vinalopó, Monóvar ocupa una extensión de 152 km2. Sus 12.177 habitantes se reparten entre el núcleo urbano y las pedanías: Casas del Señor, Chinorlet, la Romaneta, Hondón-Manyar y Cañadas de Ciro. Los yacimientos arqueológicos aparecidos demuestran la existencia de población desde época eneolítica.

La expulsión de los moriscos en el año 1609 supuso el abandono del campo y de los cultivos existentes en la zona. Durante los siglos XVII y XVIII tuvieron lugar las repoblaciones con habitantes procedentes de la Foia de Castalla, con apellidos que han perdurado como son Rico, Mira, Esteve, Cerdá, Vidal, Brotons y Durá, entre otros.

En 1900 la reina María Cristina otorgó a Monóvar el título de «Ciudad» por la prosperidad agrícola e industrial que había conseguido.

Monóvar tiene importantes y característicos lugares que visitar y conocer. Como son la Casa Museo Azorín, el Ayuntamiento, la Iglesia Arciprestal de San Juan Bautista, la Torre del Reloj, el Castillo de Monóvar, la Iglesia del Exconvento de los Capuchinos, la Ermita de Santa Bárbara, el Museo de Artes y Oficios Monoveros y sus extensos parajes naturales.

La cultura mediterránea envuelve la cocina de Monóvar. Su gastronomía está llena de tradición, sus platos cocinados al fuego de los sarmientos, su característica repostería o su ya conocido vino ligeramente dulce (Fondillón) nos garantizan una buena mesa.

La historia de Monóvar está ligada siempre al buen comer. Algunos platos típicos son los gazpachos con conejo y caracoles, el arroz con conejo y caracoles hechos al fuego con sarmientos, la gachamiga, las faseguras, los ajos, la olleta, las migas o los embutidos artesanos.